Capacidad instalada del SIC registró en 2011 su menor aumento en cinco años
La nueva potencia incorporada al SING casi triplica a la del Sistema Interconectado Central. Esto ha provocado que el costo marginal entre ambos sistemas esté desacoplado.
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Por José Carlos Prado
El desarrollo energético del país ha enfrentado una serie de dificultades durante el último tiempo. Además de una sequía prolongada y altos precios de las materias primas, el sector está sometido a extensos procesos judiciales y decisiones políticas inesperadas que, en su conjunto, están configurando un escenario cada vez más estrecho de abastecimiento eléctrico.
Y la evidencia así lo demuestra. Desde el punto de vista de la oferta, las cifras son preocupantes. Según datos de Central Energía – portal de información y consultora-, la capacidad instalada del Sistema Interconectado Central (SIC) registró en 2011 su menor aumento desde 2006, mostrando un caída de 62% respecto del año anterior y siendo sólo el 14% de lo que se adicionó en 2009.
Mientras la potencia incorporada durante el año pasado llegó a 231,3 MW, en 2010 se sumaron sobre los 611,7 MW y en 2009 más de 1.648 MW.
Esto a diferencia de lo que ocurrió en el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING), donde la capacidad instalada se incrementó en 310% en comparación con 2010 con 685 MW adicionales. Sin embargo, este significativo avance se registró tras varios años de una débil incorporación de más potencia al sistema.
De acuerdo al análisis de Renato Valdivia de Central Energía, “los proyectos de energía base que debían entrar en servicio el año pasado se han retrasado significativamente. Bocamina II de Endesa y Santa María I de Colbún (350 MW, cada una) explican parte de ésta demora por el terremoto de 2010, mientras que Campiche estuvo largamente paralizado por la vía legal, pues parte del proyecto ocupa un terreno cuyo uso de suelo no lo admitía. Esto atrasó la entrada de las primeras hasta el tercer trimestre de 2012, y de la última hasta 2013”.
Mayores costos
Este menor ritmo tiene consecuencias sobre los costos marginales de la energía que se inyecta a ambos sistemas, situación que se observa con más fuerza en el caso del SIC, el cual abarca desde Taltal a Chiloé.
Al respecto, Valdivia explica que “el atraso en la entrada de la nueva capacidad requerida, sumada a dos años consecutivos de sequía (2010 y 2011), además de un ritmo de crecimiento de la economía que genera mayor demanda, configuran el escenario actual en que los costos marginales de energía están muy desacoplados entre el SIC y el SING”.
En abril recién pasado, esta diferencia llegó a su nivel más alto desde marzo de 2008, con un costo mayor de
US$ 155 MWh del SIC (referencia Quillota) en comparación con el SING.
En el último año, los costos marginales del SIC han aumentado más de un 30%, pasando de US$ 205 a US$ 268 MWh. Por su parte, en el SING se observó una disminución de 14,4% en el mismo período, cayendo desde los US$ 132 a US$ 113 MWh.
Ahora bien, al revisar el tipo de centrales que han inyectado nueva potencia en ambos sistemas durante los últimos 10 años, se observa una predominancia del gas natural, seguido de cerca por derivado de petróleo y más atrás el carbón. En el caso del sistema del norte existe una alta cantidad de potencia incorporada proveniente de carbón.
Contra el tiempo
A la fecha, Chile cuenta con 17.607 MW de capacidad bruta instalada, distribuida en cuatro sistemas eléctricos independientes, con un 99% de ésta entre el SIC y el SING.
Según proyecciones del Ministerio de Energía, en los próximos nueve años se requerirá aumentar la oferta en más de 8.000 MW en nuevos proyectos de generación.